Cuento infantil nocturno: una mujer a unos pies pegados...

Érase que se era, una mujer a unos pies pegados.

Si, habéis leído bien, eran unos pies pegados a una mujer..

Y porque, os estaréis preguntando??
Porque su cabeza y sus pies estaban descoordinados, y cuando su cabeza pensaba que quería caminar, sus pies se paraban.

Cuando estaba sentada relajada en el sofá, sus pies se movían sin parar.. Era como si tuvieran vida propia, como si fueran entes abstractos danzando sin parar..

De hecho los subía al sofá y solo así se calmaban y paraban ese baile infernal..

El tener estos pies la condicionaba la vida y hacia que viera la vida de color negro.

Para ella no existían los colores en el mundo..

Durante mucho tiempo, se paso buscando en internet una solución para su supuesto mal: tomo todos los brebajes del mundo, cambio su dieta,visito brujos que la pinchaban y la daban descargas sin piedad,alegando que estaba posesa por algun hechizo.

Un dia alguien le contó una película antigua, y pensó que comprándose unos zapatos rojos para sus pies y caminando por baldosas amarillas desde Madrid a Murcia, sus males acabarían..

Y así hizo... Se fue a una zapatería y como solo veía en negro, le tuvo que pedir ayuda a un dependiente, para que le ayudara a comprarse los zapatos de lentejuelas rojas mas vistosos que tuviera.

El dependiente le saco los zapatos rojos mas bonitos que tenia en la tienda, y aunque ella los veía negros, se los compro...

Cuando salió a la calle solo veía baldosas negras y pensando que tenia solo que ir por baldosas amarillas, fue pintando una a una las baldosas negras de amarillo, pisándolas despues..

Asi fue recorriendo pasito a pasito el camino Madrid- Murcia. La gente que la veía con sus zapatos rojos de lentejuelas, y pintando su camino de amarillo, la tachaban de loca y se reían de ella.

Pero ella seguía ilusionada con que ese plan haría que sus pies y su cabeza se reconciliaran..

Pasito a pasito y durante mucho tiempo, consiguió llegar a Murcia, su destino final..

Al llegar, un murciano que la vio llegar le pregunto:

"te puedo hacer una pregunta sin que te molestes?"
Si, claro.... Respondió ella..
"A que se debe que llegues andando a Murcia con unos zapatos rojos y pintando el suelo de amarillo?"

Vengo porque me han contado que en una película antigua, había una niña que andaba feliz con unos zapatos rojos y pisando por baldosas amarillas...

Y como mis pies y mi cabeza van cada uno por su lado, he pensado que igual a mi se me podía solucionar el problema y dejar de ver todo negro...

A lo que el murciano respondió: y no has probado en quitarte el antifaz de dormir, bonita???

(Dedicado a los que muchas veces, HACEMOS antes que PENSAMOS ..)
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