Que una obra la hayan visto mas de 15 millones de personas en todo el mundo, puede parecer una apuesta segura, a la hora de decidir que ver dentro del panorama teatral madrileño.
Que de tal obra, en el año 85 un fantástico Trueba y una inmejorable Carmen Maura, hicieran una estupenda película, también...
Pero esta claro que los tiempos cambian, y que al igual que hay obras intemporales, también las hay con fecha de caducidad.
Y eso mismo, a mi parecer, le pasa a "Se infiel y no mires con quien" de John Chapman y Ray Cooney en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
Dirigida por Pilar Massa y protagonizada por un gran elenco de actores capitaneados por Jesús Cisneros, la obra es un entramado de confusiones, que a base de la sobreactuación de los personajes, busca la risa fácil en el espectador.
No se puede culpar a los actores por todo ello, los textos y la temática de la obra son caducos, aunque en su tiempo, fueran innovadores.No da para mas...
Los actores intentan salvar la obra, de manera histrionica, intentando ganarse al publico, a través de la sonrisa.
Mejor quedarnos con un buen recuerdo, que hasta los "huevos de oro" de una gallina, caducan...
Que de tal obra, en el año 85 un fantástico Trueba y una inmejorable Carmen Maura, hicieran una estupenda película, también...
Pero esta claro que los tiempos cambian, y que al igual que hay obras intemporales, también las hay con fecha de caducidad.
Y eso mismo, a mi parecer, le pasa a "Se infiel y no mires con quien" de John Chapman y Ray Cooney en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
Dirigida por Pilar Massa y protagonizada por un gran elenco de actores capitaneados por Jesús Cisneros, la obra es un entramado de confusiones, que a base de la sobreactuación de los personajes, busca la risa fácil en el espectador.
No se puede culpar a los actores por todo ello, los textos y la temática de la obra son caducos, aunque en su tiempo, fueran innovadores.No da para mas...
Los actores intentan salvar la obra, de manera histrionica, intentando ganarse al publico, a través de la sonrisa.
Mejor quedarnos con un buen recuerdo, que hasta los "huevos de oro" de una gallina, caducan...
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